Pensar en el otro

por Maxi

 

 

Hoy quiero hablarles sobre mi primo Gabriel. Él tiene 13 años, vive en Maldonado, en el barrio Maldonado Nuevo. Vive con su abuela. Él estudia en la UTU de Maldonado de 7.30 a 12.15, y de 1.00 a 5.00 estudia en el CEC de Maldonado Nuevo. A él le gusta jugar al fútbol y a la computadora.

Es como un hermano para mí porque cuando éramos chicos nos criamos juntos, y hasta el día de hoy seguimos criándonos juntos, y nos peleamos algunas veces pero nunca nos dejamos de hablar o algo más. Nos seguimos queriendo como primos y como hermanos que nos tratamos.

Aunque te pelées con tu primo o con tu hermano, siempre lo vas a seguir queriendo. Aunque digas que no lo querés más, adentro de tu corazón siempre sientes algo por esa persona. Si dos personas se quieren como primos o hermanos, no se van a dejar de hablar por unas peleas de todos los días.

Nosotros hubo una vez que fuimos a visitar a mi tía, que vive en campaña, con mi madre, padre y abuela, y estábamos jugando afuera y yo le puse una planta de ortiga a Gabriel y él se puso a llorar. Por una o dos horas no me habló. Estaba muy caliente conmigo. Pero después se dio cuenta que no lo hice queriendo. Y volvimos a hablarnos y a jugar juntos.

Yo le puse la planta de ortiga para causar una broma pero me di cuenta que era una broma para mí pero para él no, porque le ardía mucho el cuello.

Ahí aprendí que nosotros hacemos cosas que no pensamos cómo lo va a tomar el otro. Y que no debemos hacer cosas sin pensar en lo que le puede suceder.